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Hola otra vez a todas/os.

Lo que en principio iban a ser dos semanas de confinamiento se han convertido en más de un mes y, en el mejor de los casos, a partir del próximo lunes 27 de abril, se relajarán las medidas y podremos recuperar la normalidad de forma progresiva. Ahora sería recomendable pararnos a reflexionar, hacer nuevo balance y prepararnos para afrontar lo que venga a partir de ahora. De nuevo y con ánimo sereno y realista, os propongo revisar y actualizar el decálogo inicial para seguir manteniendo nuestro ánimo lo más alto posible. ¿Cómo lo vamos a seguir haciendo?

Como psiquiatra profesional de la salud mental voy a sugerir una serie de consejos actualizados para que intentemos llevar un poco mejor esta situación.

1. Sigue pensando el motivo por el que lo estamos haciendo. Tenemos que estar en casa por responsabilidad con nosotros mismos y con el resto de ciudadanos. Después de este tiempo la situación se va estabilizando. Piensa y transmite a tu alrededor que lo que estamos haciendo merece la pena.

2. Sigue consumiendo información del COVID-19 de forma limitada. A medida que la situación se prolonga cada vez estamos más saturados y la información es cada vez más confusa sobre todo en lo referente a cómo y cuándo vamos a recuperar la normalidad. Procura limitar a una vez al día la información sobre la pandemia y sobre las novedades en nuestro entorno. Si puedes, pon en modo avión el móvil y evítalo un par de horas al día.

3. Sigue consumiendo poca información y verdaderamente solvente. Procura ser muy prudente y contrastar toda la información que circule por las redes sociales. Filtra y evita los grupos o foros más alarmistas y desinformados.

Mantengo la recomendación de informarse a través de la página epidemixs.org. o de las páginas oficiales de los Servicios de Salud de nuestro entorno:

4. Mantén el tiempo bien organizado. Estés sola/o, con tu pareja, con peques, con adolescentes o con más adultos. Revisa la distribución del tiempo y tareas. Cuanto más precisa sea mejor. Si hay peques horarios de equivalentes de clase con descansos. Si hay adolescentes lo mismo, pero consensuando y apelando a su estatus de “adultos”. Estamos viviendo una crisis que se prolonga. Horarios de comidas, horarios para ayudar con las tareas domésticas, para sacar al perro, para hacer compras… para hacer tu propio teletrabajo.

Por supuesto también hay que incluir tiempo para el ocio de cada uno. Habrá que organizar la play, la TV, el ordenador…

Como ves la esencia de la propuesta no cambia, pero conviene introducir matices. El tiempo va desgastando la disciplina y la energía. Las tareas obligatorias domésticas, académicas o laborales no son negociables igual que en nuestra vida normal. Para el resto se puede ser más flexible y dejar más autonomía para que cada uno gestione su tiempo libre con más libertad al margen de la edad. Conviene aliviar un poco la presión. No te sorprendas si la tendencia es al descanso sin actividad, al recogimiento o la búsqueda de la cercanía del resto de la familia. Las dudas, la incertidumbre y el miedo pueden propiciar estas situaciones sobre todo en los más pequeños. En este contexto se pueden dar situaciones en las que algún miembro de la familia verbalice como está viviendo la situación al margen de la edad. Si percibes que esto está pasando procura facilitarlo.

5. Conserva tu tiempo y tu espacio. En casa tienes que tener un lugar mediatamente aislado e íntimo para sentirte sola/o cuando lo necesites. En los momentos de más soledad es posible que el cansancio aflore y nos sintamos más vulnerables y asustados. Date permiso para llorar, perdónate los errores o los enfados. No te sientas culpable por ser humano. Lo más probable es que lo estés haciendo genial. Permítete estos desahogos privados si te hacen falta, son muy saludables. Si te ves muy desbordada/o puedes recurrir a las opciones de atención psicológica gratuita que ofrecen diferentes instituciones.

6. Mantén el contacto por teléfono o por Skype. El tono de voz o ver la expresión facial enriquece la comunicación y la hacen más cálida. Te recomiendo que avances un paso a nivel de la comunicación: aprende a escuchar. A medida que avanza el confinamiento más se echa de menos la comunicación de calidad. Cada vez tenemos más necesidad de ser escuchados. Procura buscar a las personas más adecuadas de tu entorno y estableced un momento del día para comunicaros con periodos de tiempo en el que una/o pueda expresarse sin interrupciones alternando con otros momentos en los que la misma persona preste atención a su interlocutor. Este mismo principio lo puedes aplicar en grupo (pequeñas terapias de grupo caseras) o en familia. Te propongo que aprendemos a escuchar y a comunicarnos mejor para cubrir las necesidades de verbalizar como estamos viviendo este confinamiento.

7. Mantén la actividad, no te quedes parada/o. Evita la inactividad tóxica que favorece el aburrimiento, el pesimismo y la irritabilidad. Al acumularse el cansancio y después de haber hecho casi de todo, busca nuevas actividades que requieran menos energía y menos pantalla pasiva ya sea de televisión o de ordenador. ¿Te has planteado aprender mecanografía? ¿o caligrafía divertida como la inglesa o con pincel? Aprovecha la multitud de cursos on line y la posibilidad de comprar material por internet.

También tenemos que asumir que la inactividad tóxica es inevitable. La tendremos que aceptar en nosotros y en los demás con sus consecuencias. Vamos a tener que imaginar que tenemos una tarjeta de crédito que nos permita enfadarnos o poder estar gruñones un determinado número de veces sin que se tenga en cuenta. Eso si, como todo crédito tiene que tener un límite.

8. Sigue haciendo ejercicio físico. Las sesiones iniciales de mayor intensidad puede que te resulten menos atractivas con el tiempo. Platéate hacer algún cambio y hacerlas más apetecibles. Introduce elementos de pilates, movilidad articular, estiramientos y reduce las partes de fuerza. Así lo harás más motivado. El ejercicio supone un elemento insustituible para mantener nuestro bienestar emocional, ….y nuestro peso.

9. Piensa que es finito, que no va durar para siempre. Tendremos que asumir que el final será escalonado. No vamos a recuperar la normalidad de repente. Tendremos que introducir cambios de forma transitoria a la hora de relacionarnos (distancias, mascarillas, guantes y evitar reuniones durante algún tiempo). Pero llegará el tiempo de los conciertos, de los partidos, de las cenas y de volver a llenar las calles de nuestros pueblos y ciudades. Y cuando lo hagamos espero que hayan cambiado nuestros valores, sepamos valorar más lo que tenemos y seamos un poco más lúcidos y conscientes de nuestra vulnerabilidad.

10. Sigue tómatelo con humor 😉

En resumen:

  • Piensa que lo que estamos haciendo merece la pena.
  • Consume la información justa sobre el COVID-19 y procura que sea contrastada y solvente.
  • Organízate para los días que quedan. Se un poco flexible contigo y con los demás.
  • Date permiso para claudicar y derrumbarte de vez en cuando.
  • Aprende a escuchar y a pedir que te escuchen.
  • Asume que todos vamos a tener momentos de enfado y que no convine dramatizarlo mucho.
  • Sigue haciendo ejercicio, pero transfórmalo en algo más atractivo.
  • Nos tendremos que preparar para una desescalada progresiva y tendremos que reflexionar y aprender mucho de todo esto.
  • Piensa que esto se acabará y, …no pierdas la sonrisa, seguro que salimos adelante.

Mucho ánimo¡!!  Poco a poco ya estamos venciendo al Covid -19

Fuente: artículo original de Dr. Javier García Cano, Psiquiatra.
Imágenes: Photo by Fermin Rodriguez Penelas on Unsplash, iStock Photo

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