En la primera consulta se establece el primer contacto entre el paciente y el psiquiatra y es necesario crear un clima de confort y confianza para que el paciente cuente a su manera lo que le ocurre. Una escucha activa aporta muchísima información sobre sus principales preocupaciones.

Posteriormente, mi intervención va dirigida a ordenar y completar esta información, le pongo nombre a lo que está pasando y le explico el diagnóstico y la estrategia terapéutica que recomiendo, tanto a nivel personal como a nivel farmacológico, si este último fuese necesario.

A las primeras consultas le dedico 120 minutos,  y la experiencia me dice que es lo mínimo necesario para poder completar todo este proceso de forma satisfactoria.

En la mayoría de las ocasiones solamente somos personas desbordadas por las exigencias de nuestro entorno que se traducen en situaciones que no sabemos como gestionar, nos asustan y nos generan una sensación muy desagradable de pérdida de control. Es lo que conocemos como cuadros ansioso-depresivos reactivos o adaptativos.