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Con estas líneas pretendo hacer esta Navidad mi pequeño homenaje a Charles Dickens recuperando su  «Cuento de Navidad». Todos recordaremos a Mr. Scrooge, empresario rico y avaro, que recibe las visitas de los espíritus de las Navidades pasadas, de las Navidades presentes y de las Navidades futuras, ….

Vamos a suponer que a nosotros nos ocurre lo mismo en la actual situación se pandemia por el SARS-CoV-2.

VISITA DEL ESPÍRITU DE LAS NAVIDADES PASADAS

El espíritu de las Navidades pasadas nos llevaría a una Navidad que considerábamos normal e inamovible.

Estas fiestas se repetían años tras año con sus comidas o cenas de empresa y de amigos, compras excesivas, aglomeraciones, celebraciones familiares y, el pasado año, una cierta sensación de optimismo porque ya dejábamos atrás la crisis del 2007. No nos planteábamos otro escenario que no fuera éste.

  • Permanecíamos ajenos e indolentes ante al mal hacer de nuestros políticos ante los recortes sufridos y no recuperados en todas las áreas fundamentales como educación, sanidad o servicios sociales. Asumimos como normal la saturación de los servicios de atención primaria y hospitales con la ola de gripe. Asumimos con la misma normalidad los recortes en recursos humanos y materiales en todos los servicios sanitarios.
  • Todo esto en un contexto de valores líquidos, de autocomplacencia y sensación de invulnerabilidad. Podíamos salir y viajar donde quisiésemos. Podíamos huir más fácil de nosotros mismos o de las situaciones que no nos gustaban poniendo tierra de por medio. Hedonismo, superficialidad e inmadurez. Esta podría ser la fotografía de las Navidades del año pasado.

El espíritu también nos recordaría la felicidad y la ilusión de las niñas y de los niños más pequeños. También nos recordaría la esencia sencilla y la alegría íntima propia de estas fechas.

 

VISITA DEL ESPÍRITU DE LAS NAVIDADES PRESENTES

El espíritu de las Navidades presentes nos muestra una situación bien distinta. Nuestra de sensación de seguridad se ha caído. Hemos descubierto que somos frágiles y vulnerables como individuos. Somos frágiles y vulnerables también como sociedad. Ahora sabemos que nuestros mayores no tiene el reconocimiento y los cuidados que merecen.

  • El sistema sanitario se ha colapsado y no se han implementado las medidas necesarias para que eso no vuelva a suceder. El personal sanitario y de otros estamentos estamos agotados  y los aplausos se han transformado en exigencias y protestas. Los políticos tienen miedo a que la curva de infección suba y la oposición les haga responsables poniendo en riesgo su continuidad en el poder. Por eso se han establecido medidas restrictivas que han sido necesarias pero, en ocasiones, incoherentes. Hemos visto metros y autobuses abarrotados de gente con la aplicación de medidas draconianas en otros ámbitos.
  • También el espíritu nos muestra una sociedad infantilizada que traslada su responsabilidad a terceras personas para que la tutelen. El espíritu nos muestra muy poca madurez individual y colectiva y, en consecuencia, muy poco sentido común.
  • La repercusión económica de la pandemia ha sido brutal. Las celebraciones humildes se multiplican y las compras se van reducir en un escenario enrarecido con muchos negocios cerrados. Se percibe de forma muy intensa el miedo y la incertidumbre.
  • La posibilidad de viajar y desplazarse se ha restringido de manera que tenemos que vivir con nosotros mismos y con nuestro entorno, teniendo que enfrentarnos a nuestros propios fantasmas. El hedonismo y la superficialidad se han visto diluidos en un baño de realidad.

Por suerte, la felicidad y la ilusión de las niñas y de los niños más pequeños se mantiene intacta. También se mantiene la esencia y la alegría íntima de estas fechas como lo ha hecho siempre.

 

VISITA DEL ESPÍRITU DE LAS NAVIDADES FUTURAS

El espíritu de las Navidades futuras no es capaz de mostrarme nada. Se ha contagiado de coronavirus y está confinado en su casa con un leve dolor cabeza y algo cansado. Espero que se recupere pronto.

Aquí recupero el final del «Cuento de Navidad» de Charles Dickens . En el cuento el espíritu de la Navidades futuras enseña a Mr. Scrooge un futuro desolador.

Cuando Mr. Scrooge se despierta y se da cuenta de que todo a sido un sueño cambia de actitud y la historia tiene un final feliz.

Hasta que se recupere el espíritu de la Navidades futuras y le den de alta, yo voy a compartir con vosotros como me gustaría que fuesen el próximo año y  las próximas Navidades. Como si fuese una carta al Olentzero o los Reyes Magos.

 

  • Espero que aprendamos a reflexionar. Que a nivel individual y colectivo crezcamos y maduremos asumiendo nuestras responsabilidades sin tutelas.
  • Ojalá que seamos capaces de adaptarnos mejor hasta que llegue de forma progresiva la normalización de esta situación. Espero que tengamos esa inteligencia.
  • Confío en que tengamos la lucidez de fraguar unos cimentos más sólidos para nuestra sociedad y que queden como referente para nuestros pequeños y adolescentes.
  • Espero que seamos más críticos y exigentes con la clase política para que se multiplique la inversión en Sanidad, así como en el resto de servicios básicos.

Me gustaría que las próximas Navidades compartamos la felicidad y la ilusión de las niñas y de los niños más pequeños. También espero que conservemos esa esencia sencilla y esa alegría íntima que de verdad hacen especiales estas fiestas. Con eso me conformaría. Lo demás me sobra.

“Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.”
Charles Dickens

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