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Se estima que hasta el 28% de las atenciones en el ámbito de atención primaria pueden deberse a somatizaciones orgánicas. Las somatizaciones consisten en los trastornos orgánicos sin aparente causa común que los justifique. Detrás de ellos suelen estar presentes cuadros de ansiedad o depresión enmascarados.

Son muy frecuentes y suponen un importante desgaste para todos los implicados. El paciente y su entorno no ve ni la causa ni la solución para sus dolencias. Además, es muy frecuente que se pongan en el peor de los escenarios pensando que sufren alguna enfermedad grave.

Igualmente, para el médico suponen una prolongación del estudio con múltiples pruebas complementarias sin llegar a ninguna conclusión o diagnóstico que se pueda tratar o abordar.

En un momento el facultativo puede intuir la presencia de un cuadro de preocupación o de bajo estado de ánimo en el paciente como causa de la sintomatología. En estos casos te puede plantear  que acudas a un profesional de la salud mental, a un psiquiatra, para que explore esa posibilidad.

¿LAS PERSONAS SOMATIZADORAS TIENEN PERFIL ESPECIAL?

En principio no. Todos hemos somatizado en alguna ocasión. Todos hemos tenido alguna preocupación, alguna dificultad que no hemos sabido gestionar bien y que se han traducido en dolores de cabeza, molestias gástricas, mareos inespecíficos u otros síntomas parecidos.

Las personas de perfil más funcional puede que sean más propensas a manifestar signos y síntomas orgánicos en lugar de verbalizar las situaciones de angustia o tristeza que les preocupan.

En muchas ocasiones no es la persona la que no identifica sus preocupaciones. Son los entornos familiares o laborales los que presentan ese perfil funcional y no permiten este tipo de expresiones afectivas. Todo el mundo va aceptar que estés afectado por un cuadro orgánico, el que sea. No todo el mundo va a aceptar que estés afectado porque te sientas solo o, simplemente, porque, en determinados momentos, estés desbordado por el trabajo y la responsabilidad de la familia.

En ocasiones es más fácil parapetarse detrás de una dolencia sin causa que afrontar tus fracasos o frustraciones que puedas vivir contigo mismo, con tu familia o en tu trabajo.

¿CUÁLES SON LAS SOMATIZACIONES MÁS FRECUENES?

La verdad es que cualquier signo o síntoma puede ser una manifestación somática de una preocupación.

Podríamos destacar las somatizaciones que se relacionan con:

  • El aparato digestivo: diarrea, estreñimiento, vómitos, gastritis.
  • El sistema muscular: cefaleas tensionales, dolores de espalda y cuello, dolores en las extremidades, sensación de cansancio o debilidad.
  • El aparato cardiorrespiratorio: dificultad para respirar en reposo, palpitaciones o ritmo irregular del corazón, dolor de pecho.
  • Otros, como mareos inespecíficos, cefaleas, dolores inespecíficos o pitidos en los oídos.

Pueden tener diferente repercusión funcional. Desde ser cuadros leves y puntuales hasta ser muy limitantes y generar conflictos en el entorno por la falta de soporte diagnóstico consistente.

¿CÓMO NOS ENFRENTAMOS A LAS SOMATIZACIONES?

Lo primero que debemos de hacer es tener en cuenta que pueden estar ahí. Ante un cuadro orgánico lo normal es que acudamos en primer lugar a nuestro médico de confianza de atención primaria o que consultemos a algún especialista.

Después de una exploración y de las pruebas completarías necesarias para descartar que se trata de un cuadro orgánico es cuando nos deberíamos de plantear la posibilidad de que sea la manifestación de alguna preocupación.

En ocasiones, nosotros mismos vamos a intuir la causa en forma de ansiedad o desánimo relacionado a algún problema familiar o laboral que nos preocupa.

En otras ocasiones no seremos capaces de ver la causa y nos tendremos que dejar asesorar por nuestro entorno o por los médicos que, después de valorar nuestra situación, nos recomienden tener en cuenta esta posibilidad y acudir al psiquiatra.

No tengas miedo. Conocer el problema y ponerlo nombre es el primer paso para resolverlo y recuperar tu bienestar.

¿CÓMO TE PUEDE AYUDAR EL PSIQUIATRA?

El psiquiatra te ofrece un entorno neutro en el que puedes hablar e identificar tus mayores preocupaciones, además del grado de repercusión y desgaste que te están produciendo.

En ocasiones los problemas serán obvios, tal vez, la clave estará en calibrar el tiempo que hace que están ahí.

En otros casos te costará ver las dificultades porque afrontarlas te supone un gran sufrimiento o porque la posibilidad de ponerte a ti mismo en tela de juicio te produce mucho malestar.

Aparte de para ofrecerte un entorno afectivamente neutro, no estamos para juzgar a nadie y el objetivo es el de identificar el problema y ayudarte a superar la situación.

¿QUÉ HERRAMIENTAS TENEMOS RESOLVER LAS SOMATIZACIONES?

La herramienta más poderosa para resolver los cuadros orgánicos que son realmente provocados por la ansiedad o bajo estado de ánimo es sacar a la luz la verdadera causa.

A partir de ahí tendremos que elaborar la estrategia más adecuada para afrontarla. Seguro la solución que no va ser fácil. Con tiempo, el apoyo de tu entorno y el acompañamiento de un profesional seguro que el cuadro y tus temores mejoran o desaparecen.

Escucha a tu cuerpo cuando te habla.  Suele tener más sentido común que nosotros.

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