Muchas personas con altas capacidades intelectuales sienten que, a lo largo de su vida, decir la verdad les ha traído conflictos. Esto es especialmente frecuente en mujeres con altas capacidades, ya que su empatía, su lucidez y su profundo sentido de la justicia las llevan a señalar aquello que consideran injusto o incoherente, aunque hacerlo pueda generar tensiones.
Cuando la sinceridad se convierte en un reto
Quienes poseen este perfil no suelen conformarse con “las cosas son así”. Si detectan un error, una contradicción o una injusticia, sienten la necesidad de expresarlo. Sin embargo, esta honestidad a veces se interpreta como incomodidad o rebeldía, lo que puede derivar en:
Malentendidos y conflictos interpersonales
Sensación de no ser comprendidas
Aislamiento social o laboral
Ansiedad y malestar emocional
Aparición de cuadros afectivos (tristeza, baja autoestima, frustración)
En el caso de las mujeres con altas capacidades, esta situación se ve agravada por estereotipos de género que esperan de ellas una actitud más sumisa o complaciente. Así, lo que en otros se percibe como firmeza, en ellas puede ser juzgado como “incomodidad” o “exceso de sensibilidad”.
La importancia de acompañar a las mujeres con altas capacidades
Decir la verdad no debería ser un problema. Sin embargo, cuando esa sinceridad choca con entornos poco receptivos, la persona puede terminar cargando con un alto grado de tensión interna.
Un médico psiquiatra especializado en mujeres con altas capacidades puede ayudar a:
Manejar la ansiedad y la frustración que generan estas situaciones.
Fortalecer el autoconcepto y la autoestima.
facilitar estrategias para comunicarse de forma asertiva y efectiva.
Aprender a canalizar la intensidad emocional de manera constructiva.